Antes de firmar un contrato, ten esto en cuenta.

Firmar un contrato es más común de lo que pensamos: una renta, una compra, un servicio. Pero muchas personas lo hacen sin leerlo a fondo o sin entender realmente lo que están aceptando.

Un consejo simple: nunca firmes algo que no entiendas. No se trata de desconfiar, sino de protegerte. Un contrato bien hecho debe ser claro, justo y equilibrado para ambas partes. Y si algo no te queda claro, pregunta. Busca asesoría. No está mal no saber, lo que sí puede salir caro es asumir.

Los contratos son herramientas para dar seguridad jurídica, pero esa seguridad solo existe si sabemos lo que estamos firmando. Así que tómate tu tiempo, lee con calma y no tengas miedo de decir: “Esto no lo entiendo, explícamelo”.